domingo, marzo 08, 2009

Al presidente del Perú su historia le da miedo....

Este texto (copiado aquí con muy ligeras variantes) ha sido enviado como un comentario al artículo que Marco Sifuentes ha publicado hoy en Perú21. Como es posible que el delgado hilo que separa la libertad de prensa de la estabilidad laboral lo obligue a suprimir fragmentos ligeramente agresivos de mi comentario, yo, humildemente, publico una copia aquí, donde no voy a censurarme a mí mismo:

Al presidente constitucional de nuestro país, si hubiera forma de que leyera esto:

El irrelevante congresista Núñez y su desvergüenza para decir que la foto símbolo de la Comisión de la Verdad fue un montaje no merecen mayor comentario. Como buen aprista, este señor empuja hacia donde manda empujar el jefe de la manada. Hace como 80 años que ese partido funciona así, es normal.

Usted, presidente, atemorizado por una procesión de esqueletos que por alguna razón vagan señalándolo, trata de que no se preste atención a las cifras de la violencia en su primer gobierno.

El cardenal abre la boca por las puras, porque no importa el sonido que hagan sus labios.Ya todos sabemos que él, en su corazón, alberga la seguridad de que los derechos humanos son una cojudez.

En Alemania, todo lo que se ha hecho para no olvidar el holocausto de la segunda guerra mundial representa sólo la opinión de quienes no comparten la ideología nacional-socialista. Sin embargo, toda esa memoria está allí, visible. No en la tierra de las víctimas, sino en la tierra de los agresores. Y las leyes alemanas, con valentía, prohíben que alguien niegue públicamente esos hechos.

En el Perú, se rechaza un aporte del gobierno alemán para depositar en un lugar una muestra significativa de lo que fueron los años violentos, por "no representar la memoria de todos". Traducción: como representa la memoria de los que ni entonces ni ahora le han importado a ningún gobierno, al cuerno, no hay museo. Aquellos que al momento de lanzarle verbos a la platea tienen una agilidad tremenda y dicen "el que no la debe no la teme" (sí, presidente, usted por ejemplo), la deben y la temen completa ahora, y por eso abusan de su poder pretendiendo manipular la historia, para lo cual, por supuesto, asumen que la nación es idiota. Siendo parte de la nación, el insulto también es conmigo, señor. Y no se lo acepto. Vaya usted a otra parte a buscar gente de su nivel mental que le acepte la agresión.

Al momento de negarle a los agredidos un lugar destinado al recuerdo de su verdad para evitar que se repita, debería usted pensar, por ejemplo, en la facilidad con la que, en la ciudad en la que usted vive, en el país en el que usted dice gobernar, algunos ciudadanos peruanos miembros de organizaciones nacional-socialistas obtienen permisos municipales para organizar eventos de homenaje a quienes ellos consideran sus héroes políticos (y a quienes las leyes de otras naciones consideran asesinos). Vengamos más cerca aún, y al momento en el que usted se niega a que los agredidos tengan un lugar para el recuerdo de su historia, piense en la facilidad con la que, a lo largo de todo su gobierno, se ha permitido a los partidarios del señor Fujimori insultar a las víctimas de la violencia en todos los tonos y en todas las formas. A usted no le interesan las víctimas de la violencia, señor. A usted le interesa sólo su ego, presentándose como el regenerado que arma por pedacitos el país que rompió, pero no me fastidie. Eso no es cierto. A usted no le importa nada más que mejorar lo que dice junto a su foto en los libros de historia, pero así no lo va a lograr. Mejor vaya donde todas las víctimas de la violencia y dígales que no valen un céntimo para usted, y en los libros se dirá que usted los maltrató, pero por lo menos quedará constancia de que usted fue sincero.