sábado, julio 01, 2006

agua de florero

En verdad el nombre debía ser quechua. Ese era el sentimiento. Nací en noviembre y en noviembre en la costa hay viento fuerte. Wayra Raymi Killa se hubiera llamado ese mes si los incas hubieran sido de por acá. Sospechosamente los extirpadores de idolatrías se las arreglaron para vendernos ahora la historia de que, casualmente, todas las culturas que ellos "evangelizaron" tenían sus reuniones de culto a los muertos en la misma "cristiana" fecha. En la antigüedad de nuestra tierra era Ayamarka, la muralla que rodea a los muertos, o Aya Raymi Killa, el mes de la fiesta de los muertos. Los incas aprendieron seguramente de Wari, o de Tiahuanaco, a seguir el paso del tiempo de acuerdo a las fases de la luna. Trece meses, no doce. Cómo hicieron los españoles para amontonar la fiesta "cristiana" con la fiesta inca y ponerlas en el mismo lugar en el calendario? no sé. ¿Cómo hicieron en Roma para hacernos creer que era cristiana la fiesta pagana de los muertos que festejaban algunos pueblos fuera de las fronteras del imperio? no sé. Por eso digo que hay que ir más allá, acercarse, y descubrir detrás de las flores la verdad en el olor del agua del florero.